En el estudio, los fotógrafos acostumbramos a aportar ideas de colocación, posturas, miradas… pero hace tiempo que hemos descubierto que las mejores fotos pasan cuando no decimos nada, suelen ser fotos únicas, imprevistas, espontáneas, naturales y llenas de personalidad. Suelen aparecer cuando ya llevamos un rato de sesión y ya no estamos pendientes de la cámara, incluso una vez oímos un fotógrafo analógico que contaba que el primer carrete de fotos de una sesión lo disparaba sin carrete 🙂
Un ejemplo de lo que os contamos es la primera foto de esta serie.
Os dejamos una muestra de cuatro fotos de la sesión de embarazo y cuattro fotos más de la sesión de recién nacido.
¡¡¡¡ Esperamos que os gusten!!!